Simboliza las piedras que gritan, se desesperan viendo tanta injusticia cometida contra el pueblo palestino, ocupando sus tierra, destrozando sus cultivos, derribando sus casas, provocando el éxodo de miles de personas, la destrucción de centenares de sus pueblos, encarcelándolos y rodeando a la población que aun permanece con un muro de hormigón de 12 metros de altura y setecientos cincuenta kilómetros de longitud sin respetar ni una sola de las resoluciones de la ONU
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